Algo así no ocurre todos los días...
Tras casi 50 años al servicio de nuestra diócesis y, más en concreto, en nuestro Seminario, Fina se jubiló a finales del año pasado. En acción de gracias por su impagable trabajo, celebramos aquí en nuestra casa (y también la suya) la Eucaristía y compartimos una agradable cena en compañía de su familia y del resto de sus compañeros.
Al final de la cena, como recuerdo de su paso por esta casa de formación sacerdotal, le hicimos entrega del cuadro de la Inmaculada Concepción de Vicente López ubicado en la cabecera de la capilla de la Inmaculada.
Desde aquí reiteramos el agradecimiento por su servicio en lo escondido y deseamos que el Señor le acompañe en esta nueva etapa de su vida.
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